JULIO CORTÁZAR Y EL CUENTO
Del cuento breve y sus alrededores, Julio Cortázar.
(Con este artículo saludo a mis estudiantes y, al mismo tiempo, colegas de la Universidad Nacional del Callao, quienes esta semana- 23/10/11- acabaron un proceso de capacitación docente en el marco del (PRONAFCAP) a nivel curricular y de especialidad académica. Felicidades y buenos deseos para todos Uds. a nivel personal y profesional. Quedó muchas cosas en el tintero, pero intenté dar lo mejor de mí. Somos docentes y en el camino de la educación y sus variantes nos volveremos a encontrar.)
Escribir un cuento o cualquier texto literario es una experiencia única. Es una suerte de exorcismo de nuestro yo, de nuestros demonios, pero al mismo tiempo es una actividad de mucho cuidado intelectual. A continuación, te presento un reflexión de Julio Cortázar, precisamente, se refiere a la construcción del cuento y sus implicancias.
Alguna vez Horacio Quiroga intentó un "decálogo del perfecto cuentista", cuyo mero título vale ya como una guiñada de ojo al lector. Si nueve de los preceptos son considerablemente prescindibles, el último me parece de una lucidez impecable: "Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento".
La noción de pequeño ambiente da su sentido más hondo al consejo, al definir la forma cerrada del cuento, lo que ya en otra ocasión he llamado su esfericidad; pero a esa noción se suma otra igualmente significativa, la de que el narrador pudo haber sido uno de los personajes, es decir que la situación narrativa en sí debe nacer y darse dentro de la esfera, trabajando del interior hacia el exterior, sin que los límites del relato se vean trazados como quien modela una esfera de arcilla. Dicho de otro modo, el sentimiento de la esfera debe preexistir de alguna manera al acto de escribir el cuento, como si el narrador, sometido por la forma que asume, se moviera implícitamente en ella y la llevara a su extrema tensión, lo que hace precisamente la perfección de la forma esférica.
Estoy hablando del cuento contemporáneo, digamos el que nace con Edgar Allan Poe, y que se propone como una máquina infalible destinada a cumplir su misión narrativa con la máxima economía de medios; precisamente, la diferencia entre el cuento y lo que los franceses llaman nouvelle y los anglosajones long short story se basa en esa implacable carrera contra el reloj que es un cuento plenamente logrado: basta pensar en "The Cask of Amontillado" "Bliss", "Las ruinas circulares" y "The Killers". Esto no quiere decir que cuentos más extensos no puedan ser igualmente perfectos, pero me parece obvio que las narraciones arquetípicas de los últimos cien años han nacido de una despiadada eliminación de todos los elementos privativos de la nouvelle y de la novela, los exordios, circunloquios, desarrollos y demás recursos narrativos; si un cuento largo de Henry James o de D. H. Lawrence puede ser considerado tan genial como aquéllos, preciso será convenir en que estos autores trabajaron con una apertura temática y lingüística que de alguna manera facilitaba su labor, mientras que lo siempre asombroso de los cuentos contra el reloj está en que potencian vertiginosamente un mínimo de elementos, probando que ciertas situaciones o terrenos narrativos privilegiados pueden traducirse en un relato de proyecciones tan vastas como la más elaborada de las nouvelles.
Lo que sigue se basa parcialmente en experiencias personales cuya descripción mostrará quizá, digamos desde el exterior de la esfera, algunas de las constantes que gravitan en un cuento de este tipo. Vuelvo al hermano Quiroga para recordar que dice: "Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste ser uno". La noción de ser uno de los personajes se traduce por lo general en el relato en primera persona, que nos sitúa de rondón en un plano interno. Hace muchos años, en Buenos Aires, Ana María Barrenechea me reprochó amistosamente un exceso en el uso de la primera persona, creo que con referencia a los relatos de "Las armas secretas", aunque quizá se trataba de los de "Final del juego". Cuando le señalé que había varios en tercera persona, insistió en que no era así y tuve que probárselo libro en mano. Llegamos a la hipótesis de que quizá la tercera actuaba como una primera persona disfrazada, y que por eso la memoria tendía a homogeneizar monótonamente la serie de relatos del libro.
En ese momento, o más tarde, encontré una suerte de explicación por la vía contraria, sabiendo que cuando escribo un cuento busco instintivamente que sea de alguna manera ajeno a mí en tanto demiurgo, que eche a vivir con una vida independiente, y que el lector tenga o pueda tener la sensación de que en cierto modo está leyendo algo que ha nacido por sí mismo, en sí mismo y hasta de sí mismo, en todo caso con la mediación pero jamás la presencia manifiesta del demiurgo. Recordé que siempre me han irritado los relatos donde los personajes tienen que quedarse como al margen mientras el narrador explica por su cuenta (aunque esa cuenta sea la mera explicación y no suponga interferencia demiúrgica) detalles o pasos de una situación a otra. El signo de un gran cuento me lo da eso que podríamos llamar su autarquía, el hecho de que el relato se ha desprendido del autor como una pompa de jabón de la pipa de yeso. Aunque parezca paradójico, la narración en primera persona constituye la más fácil y quizá mejor solución del problema, porque narración y acción son ahí una y la misma cosa. Incluso cuando se habla de terceros, quien lo hace es parte de la acción, está en la burbuja y no en la pipa. Quizá por eso, en mis relatos en tercera persona, he procurado casi siempre no salirme de una narración strictu senso, sin esas tomas de distancia que equivalen a un juicio sobre lo que está pasando. Me parece una vanidad querer intervenir en un cuento con algo más que con el cuento en sí.
En la siguiente página virtual completa de leer este interesante artículo del Maestro del Cuento, Julio Cortázar. Luego, deja tu comentario, a partir de tu experiencia como lector, docente o escritor.
http://consejosdeescritores.blogspot.com/2007/09/del-cuento-breve-y-sus-alrededores.html
16 comentarios
mary -
Lourdes Ramírez -
Ferro Borda,Luis -
Bueno, definitivamente que la pluma de Cortázar, aun cuando no crea literatura impacta por su fluidez, belleza y, yo diría, hasta sencillez, a pesar del manejo culto que tiene del lenguaje. En cuanto a las ideas que comparte con los lectores sobre las bondades del cuento breve, creo que muy pocos tendrían con él alguna diferencia. Él es uno de los mayores cuentistas de Latinoamérica y por lo tanto tiene toda la autoridad para hacerlo. Hasta las expresiones que pueden parecer descabelladas, en él resultan absolutamente lógicas y coherentes. Por ejemplo, cuando dice que como Poe el mejor estar en un estado no normal para que el cuento breve salga perfecto, y que al contrario de la poesía que exige una lucidez absoluta, el estado anormal favorece la creación del cuento.
Todas las recomendaciones que brinda para escribir con maestría un cuento me parecen absolutamente correctas, que se debe escribir en primera persona, que se debe limitar el espacio donde se desenvuelven los personajes, etc. Yo me atrevo a añadir, aunque parezca impertinente, un consejo que leí de un autor ruso, Miajíl Shólojov, que decía que el cuento debía tener, necesariamente una base real, y si se trabaja sobre una experiencia personal resulta mucho mejor. Cortázar no toca para nada el tema del cuento y sólo se refiere a la técnica, yo creo que también el tema debe tomarse en cuenta.
Guy de Maupassant, el maestro del cuento universal tomaba muy en cuenta el tema y allí está la relevancia que tiene en el campo del cuento.
Niko Velita Palacín -
Estas situaciones sobre todo se presentan, según el autor, cuando se escribe en primera persona. Sin embargo, García Márques, para el caso de novela, cuenta que para escribir su obra cumbre (Cien años de soledad) se aisló prácticamente de la realidad y que, en otra novela, cuando uno de sus personajes muere se puso a llorar. Esto indica que el quehacer creativo puede llevar a situaciones de vivencia de su propia ficción, una especie de desdoblamiento de la personalidad del autor.
Cortázar y Gabo, dixit.
Juan Manuel Tolentino -
Esta nueva forma de presentar el cuento es más enriquecedora porque con ella se puede lograr que el cuento no tenga un final hermético o que los personajes se vean sometidos a lo que ya ha configurado el narrador o el autor sobre ellos sino que se pueden ir presentando más formas y se puede decir que son los personajes los que van haciendo la historia y esto lleva al autor a recorrer caminos inexplorados.
MARCELO LEÓN SANTOS -
Cuando escribí, aunque no lo crea experimenté esa sensación siendo uno de los personajes, trabajando desde mi interior hacia afuera, parece mentira pero las ideas fluyen como las aguas de un manantial, cristalinas, lo que Cortazar habla de la autarquía.
Creo que escribir en primera persona no es malo, pero el problema está si te quedas encerrado en un esquematismo literario, preso de tus pasiones por conseguir una perfección estructural, las cosas tienen que fluir, independizarse del autor sin dejar de ser el autor.
Pienso que uno no debe escribir para satisfacer a un público, ni pensar que necesariamente tenga que gustarle, sino hay que escribir para satisfacerse uno mismo.
Magaly Gonzales Rios -
Los cuentos de Cortazar tiene su propia vida y su objetivo es que el lector no se de cuenta de la presencia del escritor, el texto tiene que atraparte, hipnotizarte para trasladarte al hilo de los sueños, donde ya estes viviendo tu fantasía sin la interferencia de la realidad. Es un maestro del cuento pues revela sus sentimientos, pensamientos valores y refiere elmundo en que vive con un compromiso social y comprometida.
Elia Morales Córdova -
Él no solo nos atrapó con su originalidad y su maestría como narrador sino que también detalló y señaló cómo hacer de cuento un relato fantástico. Muchos narradores prestigiosos precisan que el acto de escribir es un oficio que se va haciendo más difícil con la práctica. Y como dice Augusto Monterroso Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche
Banesa Arroyo (Amenever) -
Sin embargo, el lector se verá envuelto en el cuento si encuentra algo que lo identifique con el personaje principal, por ello, que escribir en primera persona ayuda mucho.
El personaje se vuelve un demiurgo del cuento creado, tanto así que se puede revelar y contradecir a su autor.
Y como nosotros nos sentimos parte de este personaje, somos quienes debemos dar solución al relato y/o conflicto planteado en el cuento.
Estas líneas leídas me están ayudando para no recrear los cuentos que tengo, sino para empezar algunos nuevos.
Gracias profesor Francisco, por esta vaso refrescante a la creación, a pesar de estar hace más de veinticinco años, aún sigue vigente la propuesta narrativa.
Banesa.
Roxana Chavez Loli -
César Loyola Rosales -
Sabiendo que cuando escribo un cuento busco instintivamente que sea de alguna manera ajeno a mí donde el lector tenga o pueda tener la sensación de que en cierto modo está leyendo algo que ha nacido por sí mismo, en sí mismo y hasta de sí mismo. Cortázar.
Cortázar es uno de los mejores a la hora de crear sus cuentos utiliza muchos géneros a la hora de escribir, pero el más recurrente es el que roza con lo fantástico. Su estilo es impecable; su dominio del español es exquisito y va sorteando con elegancia los difíciles retruécanos con que juguetea en todo momento. La fuerza de Cortázar como escritor reside en su sentido del humor; delicioso a la vez que irreverente. También a su gran habilidad técnica y la innovación que hace en del uso del lenguaje.
El incesto, lo fantasmal y sus juegos lingüísticos obligan al lector a implicarse como parte activa de la obra y el ponerse a descubrir lo que hay detrás de lo que escribe.
Teresa Alonzo -
CARLOS PISFIL RELUZ -
Cortázar nos amplía la visión creadora de cuento, aunque las lecciones serían más precisas para un amante de la pluma, mientras que para un bisoño aprendiz no había forma de engranar ya que las especificaciones que menciona lo llevarían a estar demasiado lejos de un demiurgo. Esto porque debe un cuentista actuar en el momento y dedicarle todo a esa creación sin abandonarlo, pues si lo deja no tendrá la opción de volverlo a crear de la forma como lo pensó inicialmente. Un cuento en nuestros días puede generarse en cualquier circunstancia, para ello su creador debe ofrecerle la oportunidad de existir.
El artículo muy bueno, nada más que hay que recurrir un poco a Van Dijk para entenderlo.
Isabel Cabrejos Choy -
Para Cortázar, el cuento debe estar ajeno a su creador, que los personajes fluyan y se desarrollen solos sin intervención del autor. Es una situación difícil porque siempre veremos reflejado en el cuento al autor, cada personaje es un ser misterioso para el escritor que va constantemente creándolo y recreándolo, tiene esa potestad. Creo que es difícil separar el "yo" en los personajes. Es un juego que adopta el escritor para convertirse en un personaje y que le otorga al lector descubrirlo. Es un laberinto y que le toca al lector descubrirlo. Gracias, profesor por permitirme opinar en su blog.
El cuento surge en demiurgo de su creador -
Quien escribe no debe poner en evidencia ser parte de ella. Por lo contrario, debe expresar lo más produndo de su imaginación, donde los personajes solo pueden evidenciar desplazarse en un ambiente creado solo para ellos. Esto es llamado su esferidad. Los personajes solo tienen vida en este ambiente, es decir, los bosque, lo gnomos y las hadas están inmersos en la magia de la historia. También el artículo explica sobre la importancia del narrador y como este elementos forma parte del relato. Las historias no deben ser trasgredidas pues perderían su escencia.
La actividad de contar cuentos requiere decicación para perfilar a los personajes como seres que forman parte de la vida de los lectores.
bryan salas vergara -